Sobre mí

¿Quién es Franco E. Albrecht?

 

¿Realmente quieren saber? No digo que los estoy juzgando, peeero...

Mi nombre completo es Franco Emmanuel Albrecht. Si, Emmanuel, con dos m. No estoy seguro de si mis padres realmente querían llamarme así o si el señor del registro civil se puso creativo. Nací un 27 de mayo de 1991 en Córdoba Capital, Argentina. Hijo de padre militar y madre peluquera, aunque no los definiría tanto por sus profesiones como por la excelente calidad humana que los caracteriza y los valores que desde pequeño me inculcaron. Tengo un hermano y una hermana, ambos más chicos que yo, y una hermosa sobrina a la que adoro.

Cursé el primario en el colegio República de Venezuela y resulté abanderado en 6.º grado (desde pequeño tuve una veta bastante ñoña, para qué vamos a mentir). Pero lo importante es que fue también por aquel entonces cuando descubrí que escribir era algo que disfrutaba mucho. Si mal no recuerdo, fue durante una clase de Lengua cuando, para un trabajo en grupo, tuvimos que escribir un cuento. Me acuerdo de que el cuento que hice con una de mis compañeras tenía un tinte de misterio/terror que teñiría durante un buen tiempo mis primeras producciones literarias.

Mi interés por la escritura se mantuvo vivo durante mis primeros años en el colegio secundario Domingo Savio. Escribí varios cuentos, entre ellos una saga de cinco cuentos titulados La traición de Luciana, que relataban la historia de un grupo de amigos que, por a o por b, iban muriendo poco a poco de las maneras más inverosímiles y bizarras posibles. Una mezcla de las películas de Martes 13 y Destino final, si se quiere. Muy under todo. También experimenté un poco con la ciencia ficción, la aventura, la fantasía, el romance ¡y hasta los culebrones telenovelescos!

Debo haber tenido 14 años cuando vi por primera vez Desperate Housewives, la excepcional serie de Marc Cherry, y quedé enamorado con la historia y los personajes. Fue allí cuando comenzó a cobrar forma la idea de mi primera novela, Vidas perfectas. Pero siempre hablo mucho de cómo surgió aquella historia, así que acá voy a contarles otros detalles de aquella época. Crecí como un adolescente fanático de Britney Spears y los libros de Harry Potter. Incluso incursioné en el mundo del fanfiction. Durante años subí historias de Harry Potter a FanFiction.net, aunque la cuenta que usaba por aquel entonces ya no existe.

Terminé el colegio secundario con el tercer mejor promedio y ni perra idea de qué quería hacer con mi vida. Decidí estudiar Cine y Televisión porque en 4.º año hice un corto para una materia y a la profesora le gustó (#reasons). Pero lo que yo realmente quería no era estar metido entre las cámaras y la edición, lo que yo quería era crear historias. Dejé la carrera y en 2010 ingresé al Traductorado de Inglés de la Facultad de Lenguas, o como también se conoce por ahí: el infierno en la Tierra. Para alguien que estaba acostumbrado a aprobar materias de taquito, el baldazo de agua fría que me pegó la facultad fue de otro universo. Diez años después, todavía me queda una materia para recibirme.

¿Pero por qué el Traductorado? Como dije, salí del colegio sin saber qué quería hacer de mi vida. Me gustaba escribir historias y sabía que quería escribir una novela (empecé y dejé de escribir lo que hoy es Vidas Perfectas en más de una ocasión), pero «escritor» no sonaba a una carrera posible. Elegí el traductorado porque era una carrera que me daba la posibilidad de saber un poco de todo. En el medio, sin embargo, incursioné en Letras Modernas (medio año) y en Ciencias de la Computación (ni siquiera terminé el precursillo).

Empecé a trabajar en una empresa de traducción en 2017 y tener un título se volvió cada vez menos relevante. Durante un tiempo, escribir una novela quedó relegado a un segundo plano. Mi sed de crear historia se conformó con el fanfiction al principio y con el rol literario (o narrativo) después. Mis compañeros de rol me ayudaron muchísimo a crecer como escritor. Me ayudaron a mejorar mi narrativa, a ser capaz de ver a los personajes desde diferentes puntos de vida y a contar historias de otra manera.

A mediados de 2019, el rol dejó de ser suficiente y la idea de retomar mi novela me atacó con más fuerzas que nunca. En enero de 2020 terminé el primer borrador de Vidas perfectas y, después de incontables relecturas, decidí publicarlo. Para saber un poco más sobre la novela pueden hacer clic aquí. Ahora que mi primer libro está ahí, disponible para quien quiera leerlo, no hay quien me pare. Sé que quiero seguir escribiendo. Sé que voy a seguir escribiendo, aunque a veces cueste encontrar la inspiración. Y planeo compartir mucho de eso acá, en este blog.

¿Eso es todo? Pues sí. ¿Les parece poco? Si quieren saber detalles más personales de mi vida, siempre pueden leer mi novela o alguno de mis otros relatos. Quizá no sean un reflejo directo de mi historia, pero todo escritor plasma algo de sí mismo en lo que escribe. Los invito a descubrir esos retazos...


Franco E. Albrecht

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